Masaje Californiano

Las bases fundamentales del Masaje Californiano, integran principios gestálticos, naturaleza meditativa, calidad de contacto, técnicas manuales comunes  (masaje sueco, hamacados, feldenkrais, craneosacral, hawaiano…).

El Masaje Californiano se caracteriza por movimientos largos, fluidos e integradores de contacto profundo. Estos se realizan principalmente con las manos, dedos, antebrazos y codos, utilizando aceites vegetales y esenciales, que facilitan la fluidez.

Así, se destaca la calidad de contacto expresada a través de la suavidad y sensitividad de las manos, el toque en la quietud de la mente meditativa enfocada en la respiración natural que alcanza lo más profundo del vientre y la fluidez del movimiento que integra el cuerpo en su totalidad. Aquí es donde ésta técnica se transforma en arte e incorpora elementos de otras técnicas como estiramientos suaves, movimientos pasivos de articulaciones, trabajo sobre el tejido muscular profundo, un delicado balanceo craneal y movimientos rítmicos haciendo de éste modo que cada masaje sea único.


Beneficios

El Masaje Californiano se ha hecho conocido por la sensación de integridad psíquica, física y espiritual y la paz y vivacidad que brinda a quien lo recibe. A menudo se rompen viejos patrones de tensión y se liberan viejas emociones. Siempre la respuesta es altamente positiva.

A nivel físico se produce un alivio en el tratamiento de dolores crónicos, liberación de bloqueos y contracturas musculares, ampliación del rango de movimiento articular y reorganización de las posturas. De este modo se logra un incremento de energía, una conciencia más elevada, una mayor productividad y por consiguiente, aliviar la ansiedad y el estrés. También se experimenta una profunda relajación.

Indicaciones

Este trabajo se ajusta más a personas que quieran tomar conciencia de su cuerpo, mejorar su postura o su respiración, aquellas personas que tengan dolores crónicos o  estrés.

También para gente que esté abierta a probar algo diferente, un modo de trabajo con un enfoque más amplio. Es aconsejable para personas que estén atravesando un proceso de cambio o una crisis pues puede aportarle una nueva visión a su propia vida.

Cada sesión es única, y la vamos creando con el cliente según sean sus necesidades en ese momento. También va a depender de su tensión física y de la percepción del masajista ya que además de las “técnicas” debe aplicar su sentido intuitivo.

Las sesiones pueden durar entre 60 y 90 minutos.