Reflexología Podal

En la actualidad, prestamos muy poca importancia a los pies, es el gran olvidado de nuestro cuerpo y sin embargo, es la parte del cuerpo donde van a parar multitud de terminaciones nerviosas.

La planta del pie y el pie en su conjunto, representa en forma esquemática la totalidad del cuerpo y sus órganos. Este es el principio de la reflexología podal.

En ella, mediante el masaje se puede influir a modo reflejo sobre los correspondientes órganos y vísceras, aparte de la importancia diagnóstica que tiene.

Los buenos resultados de la reflexología podal y la escasez de efectos secundarios, hace que hoy en día, sea aplicada con más frecuencia por profesionales de reflexoterapia.

 

La Reflexología se basa en el tratamiento de zonas reflejas, o lo que es lo mismo, en masajear ciertas zonas que son el reflejo, en una zona concreta del cuerpo (el pie en este caso).

Esta tiene su origen en el descubrimiento de la medicina alopática, en la que se observó que a causa de la organización embrionaria primaria en segmentos, existen interconexiones entre órganos internos y zonas de la piel.

Así, es típico, el dolor de vejiga reflejado en el hombro, las afecciones de corazón reflejadas en el brazo izquierdo o incluso el dolor de estómago reflejado y relacionado con afecciones del raquis dorsal.

La Reflexología Podal aprovecha los conocimientos sobre las conexiones de nervios entre segmentos internos de órganos, músculos y piel, para influir a nivel reflejo, sobre dolencias desde el exterior.

 

Esta técnica de aplicación, es adecuada para crear una estimulación en las zonas reflejas de los pies que refuercen las funciones corporales.

BENEFICIOS DE LA REFLEXOLOGÍA

 

1.Es relajante.
2.Reduce el estrés.
3.Mejora la circulación.
4.Permite la liberación de toxinas.
5.Equilibra los distintos sistemas.
6.Revitaliza la energía.
7.Actúa de forma preventiva.
8.Es gratificante para quién la da y para quién la recibe.

 

Remontándonos a la antigüedad, en la antigua China hace 4000 años, se observó que el masaje no solo influía en la parte del cuerpo donde se aplicaba, sino que había una influencia a nivel reflejo sobre áreas corporales y órganos muy distantes. Esta observación fue la base del nacimiento de una nueva terapia manual, la Reflexología.

Ya en el siglo XVI, hay evidencia de informes sobre el tratamiento de órganos internos mediante masaje y otros métodos de masaje reflejos.

Un informe sobre el escultor Florentino Benvenuto Cellini (1500-1571), indica que trató estados de dolor agudo mediante presión sobre los dedos de los pies[3].

En América, los “curanderos o chamanes” de las tribus de indios aborígenes utilizaban la Reflexología como forma de tratamiento contra diversas enfermedades.

Sin embargo, la Reflexología podal con base científica se gestó en el siglo XIX.

-En 1841, F. y W. Huneke, demostraron que mediante la inyección de un anestésico local con efecto sobre el sistema nervioso en un campo de interferencias (cicatrices, focos infecciosos, etc) se pueden hacer desaparecer dolores en otras regiones corporales mediante efectos reflejos a distancia, con una duración aproximada de al menos 20 horas.

-Iwan P. Paulow, junto a Alexei D. Speranski, explicó los reflejos y demostró que el sistema nervioso tiene en el desarrollo de enfermedades un gran o destacado significado, desarrollando las bases científicas de la Reflexología Podal[2].

-En el año 1913, el Dr. William Fitzgerald, observó que mediante presiones en diferentes zonas del cuerpo, podía realizar operaciones de nariz y garganta, reemplazando el uso de anestésicos de aquella época.

 

Así, Fitzgerald basándose en conocimientos anatómicos, desarrolla la teoría de que el cuerpo está recorrido longitudinalmente por diez líneas energéticas (comparables a los meridianos utilizados en acupuntura o incluso a los dermatomas utilizados en nuestra práctica), cuyo recorrido va desde la punta de los dedos del pie hasta la cabeza, a su vez estas líneas son divididas en tres tramos transversales, permitiéndonos establecer la posición del cuerpo y órganos en los pies.


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